CÓMO REDUCIR LA FACTURA DE ELECTRICIDAD DE CASA

 

Lo primero para reducir nuestro gasto de electricidad es tener claro qué está consumiendo en la casa. Sin embargo, por raro que parezca, esto no resulta nada sencillo.

Una forma de visualizar qué aparatos están gastando es comprar por Internet un contador instantáneo e instalarlo uno mismo en el cuadro eléctrico de la vivienda. Hay que aclarar que estos dispositivos no son un instrumento de medición precisa(1) (los que sí lo son suelen ser muy caros), pero sí valen para tener una idea mucho más aproximada de qué está chupando electricidad. Y para llevarnos unas cuantas sorpresas.

«Lo que no se puede medir, no se puede gestionar. Debemos saber cómo, dónde y cuándo consumimos energía para poder reducir nuestra factura eléctrica», asegura Carlos Martín, técnico de la empresa de servicios energéticos AICE. De hecho, él mismo ha reducido de forma drástica el gasto eléctrico de su casa de 300 kWh al mes a solo 60 kWh. Un recorte radical.

Para empezar, uno espera que si no hay electrodomésticos utilizándose ni bombillas encendidas, el consumo sea bastante cercano a cero. Pero nada más lejos de la realidad: por lo general, suele haber muchas cosas gastando.


Cuando conectamos el contador instantáneo, lo que vemos en la pantalla es la potencia(2) que estamos consumiendo (en vatios) y si multiplicamos esa potencia por un determinado número de horas tendremos nuestro consumo eléctrico en ese intervalo de tiempo (en vatios hora).

Si apagamos todo tal y como lo hacemos cuando salimos de casa o nos vamos a dormir, el contador marcará una potencia de varios cientos de vatios (puede ser la nevera, si está arrancando en ese momento el motor, pero también muchos otros aparatos que seguramente no pensamos que estén consumiendo).

Aunque este consumo no parezca mucho, ese es el mínimo que está gastando siempre esa casa, las 24 horas del día, los 365 días del año. Da igual que sea de noche y estemos durmiendo, o que nos encontremos muy lejos de allí y la vivienda se haya quedado vacía.

¿Cómo reducir este consumo continuo?

Uno de los experimentos más curiosos que se pueden realizar con uno de estos contadores instantáneos es tratar de ponerlo a cero.

Para ello, se puede empezar por apagar por completo aquellos aparatos que estén en modo espera (el standby del pilotito rojo). Según el IDAE, el standby supondría un gasto medio en los hogares españoles de 231 kWh al año, casi tanto como el consumo medio anual del lavavajillas (246 kWh) y bastante más que el ordenador (172 kWh). Sin embargo, Martín asegura que este cálculo se queda muy corto a tenor de su experiencia midiendo en viviendas.

Un caso paradójico es el de algunas cafeteras que pueden incluso llegar a gastar más apagadas que preparando café, cuando se las deja muchas horas en posición ‘ready to use’ (en el que se mantiene el agua caliente).Cuando se desconectan bien los aparatos el valor marcado en la pantalla del contador baja, pero esto es solo una parte de la energía eléctrica que pagamos sin usar.

La mayor sorpresa es descubrir la existencia de un consumo fantasma de electrodomésticos completamente apagados.

Hay aparatos que siguen consumiendo para mantener activos algunos sistemas y para estar preparados para encenderse de forma rápida (como cuando pasamos el dedo sobre la vitrocerámica para empezar a cocinar). Esto puede ocurrir con ordenadores, cocinas táctiles, lavadoras, lavavajillas, aparatos con pantallas que den alguna información, aires acondicionados…

El único modo de que dejen de consumir de verdad todos estos electrodomésticos es desenchufarlos.

Resulta increíble la cantidad de cosas que tenemos permanentemente enchufadas hoy en día. No parece lógico desconectar por completo electrodomésticos como la vitrocerámica pero en otros casos se nos puede quedar cara de tontos.

Es lo que ocurre, por ejemplo, al descubrir que uno de los aparatos que tienen mayor consumo fantasma son los equipos de aire acondicionado(3), las bombas de calor, los radiadores eléctricos…

Es decir, en muchas casas se sigue gastando electricidad con el aire acondicionado apagado en invierno o con la calefacción apagada en verano, simplemente por dejar estos equipos enchufados (o no bajar el interruptor correspondiente en el cuadro eléctrico de la casa).

Es electricidad que estamos tirando.

«En algunas viviendas unifamiliares se sorprenden mucho cuando descubren lo que consume el sistema automatizado de apertura y cierre de una puerta de garaje aunque no esté funcionando», destaca el ingeniero de AICE.

Una vez desenchufado todo (y aunque es casi seguro que no se haya conseguido poner a cero el contador), la siguiente operación es decidir qué se enchufa de nuevo.

¿Qué necesitamos realmente tener encendido en nuestra casa? Esto ya depende de cada uno. Martín cuenta en su blog como él decide prescindir de los dos congeladores que tenía en su vivienda, al considerar que, en su caso, no les estaba dando ninguna utilidad. «Solo me acordaba de ellos en las pocas ocasiones que necesitaba hielos y eso lo puedo solucionar ahora comprándolos en la tienda», comenta.

Además, este ingeniero opta también por reducir la iluminación en pasillos y habitaciones.

En el caso contrario están los aparatos que más utilizamos. El ejemplo más claro es la nevera, que suele ser el electrodoméstico que más consume por estar siempre encendido (662 kWh al año de media en los hogares españoles).

Es importante comprobar que estos aparatos que tanto usamos sean eficientes, pero también que se usan bien. Otra de las utilidades de estos contadores es comprobar el consumo individual de estos electrodomésticos: se puede verificar como un frigorífico con hielo consume bastante más que otro limpio (o como bajar su gasto subiendo la temperatura seleccionada), como ahorrar escogiendo bien los programas de la lavadora o del lavavajillas, o incluso como reducir el consumo de una televisión LED bajando el brillo de la pantalla.

La pregunta ahora es: ¿en cuánto se traduce todo esto en euros(4)? A pesar de lo mucho que se puede recortar el consumo eléctrico de las casas, para alguna gente resulta frustrante comprobar que el ahorro se suele quedar en unos pocos euros al mes o quizá una decena (entre otras cosas, por el aumento del término fijo y de otros conceptos diferentes al consumo de kilovatios). Sin embargo, en algunos hogares la suma de ese ahorro todos los meses puede equivaler a una mensualidad completa de lo que pagamos al año. Además, no hay que olvidar que este es un dinero que ahora mismo estamos regalando.

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(1) El contador utilizado es el modelo Envir Current Cost. Como se explica aquí de forma detallada, este tipo de equipos no valen para obtener una medición precisa, pero sí para hacernos una idea de nuestro perfil de consumo y aprender a reducir nuestro gasto eléctrico. ¿Cuánto puede desviarse la medición? El post anterior asegura que la potencia medida por este tipo de equipos puede ser entre un 15 y 90% superiores a la real. Sin embargo, según los técnicos consultados, si bien este rango de error puede darse de forma teórica, en la práctica resulta mucho más realista considerar un margen de error de entre el 5% y el 20% como norma estadística.

(2) El contador es en realidad un amperímetro, mide amperios, y los multiplica por una constante (el voltaje que se haya configurado, que suele ser 230 voltios) para estimar la potencia.

(3) Hay aparatos o electrodomésticos de los que los contadores dan mediciones poco fiables (como las vitrocerámicas). Sin embargo, en el caso de los equipos de aire acondicionado la potencia medida se acerca mucho a la real.

(4) Para tener una aproximación de cuánto dinero supone al mes el ahorro de electricidad conseguido, basta multiplicar la potencia que se ha conseguido reducir (en kW) por 24 horas al día, por 30 días y por el precio del kilovatio hora (a 1 de octubre el precio era de 0,130485 euros el kilovatio antes de impuestos).

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